Es difícil educar a tus hijos o a tus alumnos sin mirarles a los ojos. En esa mirada comienza la complicidad, la confianza mutua, la reciprocidad, ... Cuando nos miramos a los ojos descubrimos que le importamos a la otra persona y que podemos compartir nuestro tiempo, hacer algo juntos ...
Via Gumersindo Fernández