La colaboración reta al capitalismo | www.capital.es | Cosas que interesan...a cualquier edad. | Scoop.it
Seguro que se acuerda de Napster y de cómo la industria de la música se gastó miles de millones en luchar contra esta plataforma que permitía el intercambio de canciones entre los usuarios de Internet. Con el paso de los años, y de cientos de denuncias, se logró que la plataforma P2P (persona a persona) formara parte del sistema. Pero, ¿sirvió esta guerra para que no surgieran más ‘Napsters’? ¿Y logró que no cambiara nada en un sector dominado por cuatro empresas? No, no y no. A Napster le siguieron clones como Kazaa, eMule, eDonkey o BitTorrent hasta que apareció el streaming, encabezado por Spotify, y la música abandonó la ilegalidad. Mientras, la industria ha tenido que reinventarse, ya que ahora la mayoría ya no compra como antes, sino que prefiere compartir. A grandes rasgos, el consumo colaborativo se basa en la premisa de que no es necesario acumular sino que es mejor intercambiar lo que se tiene con otros y si por el camino se puede sacar un beneficio, pues mejor que mejor. E

Via Pedro Martín